LOBO:
El lobo (Canis lupus) es un mamífero del orden de los Carnivora. Comparte un ancestro común con el perro doméstico (Canis lupus familiaris), como evidencia la secuencia del ADN y los estudios genéticos.[1] Los lobos fueron antaño abundantes y se distribuían por Norteamérica, Eurasia y el Oriente Medio. Hogaño, por una serie de razones relacionadas con los humanos, incluyendo el muy extendido hábito de la caza, los lobos habitan únicamente en una muy limitada porción del que antes fue su territorio. Aunque está clasificado como una especie poco amenazada para su extinción, en algunas regiones incluyendo los Estados Unidos continentales, las especies están listadas como en peligro o amenazadas.
El lobo, siendo un predador, es una importante parte de los ecosistemas a los que pertenece. Este amplio territorio de hábitat donde los lobos medran refleja su adaptabilidad como especie e incluye bosques, montañas, tundras, taigas y praderas. En gran parte del mundo, con la excepción de las regiones norteñas, se lo clasifica como amenazado. Continúan siendo cazados en muchas áreas del mundo por la amenaza que se percibe al ganado, así como por deporte.
Rasgos y adaptación [editar]
Aunque los orígenes del lobo son aún debatidos, teorías recientes proponen que las especies primero evolucionaron en el sudeste asiático durante el Pleistoceno.[2] Los análisis de ADN de las células mitocondriales de las subespecies asiáticas permiten a los científicos establecer un punto del que el linaje del lobo se originó. El ritmo de cambios observados en la secuencia del ADN data al linaje asiático de alrededor de 800.000 años, en oposición al europeo y norteamericano, los cuales se remontan a 150.000 años. El peso y tamaño del lobo puede variar considerablemente a lo largo del mundo, y tiene a incrementarse proporcionalmente con la latitud, como predijo la regla de Bergmann. En términos generales la altura varía entre los 0.6-0.9 metros hasta el hombro, y un peso de entre 32-62 kilos. Aunque raramente encontrados, especímenes de más de 77 kg han sido hallados en Alaska y Canadá; el lobo salvaje más pesado, matado en Alaska en 1939, pesaba 80 kg. Hay algunos casos sin confirmar de lobos cazados en el nordeste de Rusia que alcanzaban los 100 kg. Los lobos más pequeños son las subespecies de lobos árabes, las hembras de éstas pueden pesar unos 10 kg en la madurez. Las hembras en una población dada pesan alrededor de un 20% menos que los machos.Los lobos pueden medir entre 1.3-2 metros desde el hocico hasta la punta de la cola, siendo ésta aproximadamente un cuarto de la longitud total del cuerpo.
Aunque los orígenes del lobo son aún debatidos, teorías recientes proponen que las especies primero evolucionaron en el sudeste asiático durante el Pleistoceno.[2] Los análisis de ADN de las células mitocondriales de las subespecies asiáticas permiten a los científicos establecer un punto del que el linaje del lobo se originó. El ritmo de cambios observados en la secuencia del ADN data al linaje asiático de alrededor de 800.000 años, en oposición al europeo y norteamericano, los cuales se remontan a 150.000 años. El peso y tamaño del lobo puede variar considerablemente a lo largo del mundo, y tiene a incrementarse proporcionalmente con la latitud, como predijo la regla de Bergmann. En términos generales la altura varía entre los 0.6-0.9 metros hasta el hombro, y un peso de entre 32-62 kilos. Aunque raramente encontrados, especímenes de más de 77 kg han sido hallados en Alaska y Canadá; el lobo salvaje más pesado, matado en Alaska en 1939, pesaba 80 kg. Hay algunos casos sin confirmar de lobos cazados en el nordeste de Rusia que alcanzaban los 100 kg. Los lobos más pequeños son las subespecies de lobos árabes, las hembras de éstas pueden pesar unos 10 kg en la madurez. Las hembras en una población dada pesan alrededor de un 20% menos que los machos.Los lobos pueden medir entre 1.3-2 metros desde el hocico hasta la punta de la cola, siendo ésta aproximadamente un cuarto de la longitud total del cuerpo.
Los lobos poseen rasgos ideales para viajes de larga distancia. Su estrecho pecho y su potente espalda y piernas facilitan una locomoción eficiente. Son capaces de cubrir varios kilómetros trotando a una velocidad de 10 km/h, pudiendo alcanzar velocidades puntas de 65 km/h en una persecución. Mientras esprintan pueden cubrir cinco metros por salto. Las patas de los lobos están diseñadas para andar con facilidad por una amplia variedad de terrenos, especialmente nieve. Tienen una pequeña membrana entre cada dedo, lo que les permite moverse por la nieve con más facilidad que a sus presas. Los lobos son digitígrados, lo cual, dada la relativa longitud de sus pies les ayuda a distribuir bien su peso en superficies nevadas. Las patas delanteras son más largas que las traseras, y tiene un quinto dedo vestigial, ausente en las traseras,[siendo sus garras de coloración oscura/negra y no retráctiles. Pelos erectos y garras desafiladas realzan el agarre en superficies resbaladizas, y vasos sanguíneos especiales evitan el enfriamiento de las almohadillas de las patas.[Unas glándulas les ayudan a moverse por grandes extensiones mientras informa a los otros acerca de su paradero.
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